viernes, 30 de diciembre de 2011

EL ALBUM DE CROMOS ‘MONSTRUOS’ CUMPLE UN CUARTO DE SIGLO

La colección más terrorífica cautivó a toda una generación en la década de los ochenta

El Boss.
Nuestro mundo se ha ido poblando de criaturas fantásticas, gigantes, espectros, monstruos de todas clases. En una palabra: ENIGMAS. El universo está lleno de enigmas y sólo el hombre permanece asombrado ante todo y sobre sí mismo. Porque el hombre, sabio entre los sabios, tiene idea de su propia ignorancia. Y quiere saber..., y el saber comienza con preguntas. ¿Existen los extraterrestres? ¿Y los espectros? ¿Qué es un nosferatu? En este álbum no encontraréis las respuestas, porque no hay respuestas para los MISTERIOS del Universo. Pero abrid y asombraos ya que el asombro y la pregunta son el principio de toda filosofía. Y como dijo Einstein: "El encuentro con lo MISTERIOSO es la experiencia más hermosa. Es el origen de la vida."

La hostia, ¿verdad? Con esta impactante introducción se presentaba, en el año 1986, la colección de cromos ‘Monstruos’, una de las más recordadas por los que por aquellas fechas vestíamos de corto. El tiempo no ha perdonado y ha discurrido, sin darnos cuenta, un cuarto de siglo desde que aquel espectacular álbum llegó a nuestras manos para ser completado después de rasgar y abrir decenas y decenas de sobres.

A decir verdad no hay nada nuevo que contar que no sepamos ya de esta colección. Hace años que decenas de artículos y comentarios en páginas de Internet y blogs nos han desglosado los pocos datos que conocemos sobre ‘Monstruos’. En el álbum no aparecía ninguna reseña sobre sus creadores. Todo apunta a que fue la editorial Mundicromo la que editó este maravilloso álbum de 30 páginas, cubiertas incluidas, y 210 cromos terroríficos. El álbum costaba 60 pesetas y los sobres 10. La página 28 albergaba una tabla de control para ir tachando las imágenes que ibas recopilando.

La fascinación que el mundo del terror y lo desconocido evoca en los más pequeños se veía colmada gracias a esta impresionante colección que agrupaba a toda clase de engendros, bichos y espectros de lo más variopinto según varias temáticas.

El primer capítulo, ‘Monstruos del cine’, albergaba a los clásicos personajes que han protagonizado cientos y cientos de largometrajes del género de Terror. Abría esta particular galería siniestra el célebre Conde Drácula, cuya imagen estaba compuesta por la doble estampa de los cromos 1 y 2. Frankenstein, La Momia, el Hombre Lobo o El Fantasma de la Ópera eran otros de los monstruos cinematográficos que acompañaban al chupasangres de Transilvania, con una estética muy similar a la que lucían en las viejas cintas de la Universal en la década de los años treinta.

El segundo capítulo del álbum estaba dedicado a los ‘Gigantes’. ‘Animales Míticos’ era el siguiente. ‘Fantasmas y Aparecidos’ recogía una serie de personajes y leyendas que seguro habremos escuchado más de una vez, como la mítica historia de 'La Chica del Autostop'.
‘Brujos y Hechiceras’ y ‘Criaturas Fantásticas’ suponían la recolección de nombres vinculados con las historias fantásticas.

‘Seres Extraterrestres’ es uno de los apartados más recordados por la más que evidente imaginación de los redactores y dibujantes, que se sacaron de la manga algunos de los aliens más esperpénticos que pueden haberse imaginado nunca.

‘Súper Héroes’ contenía un considerable número de descarados pero adorables plagios a las compañías de cómics que todos sabemos. Con el claro propósito de no pagar derechos de imagen, los autores del álbum se inventaron personajes que, sospechosamente, se parecían mucho a personajes clásicos como Superman, Spider Man y compañía.

‘Misterios Inexplicables’ era el último capítulo de un álbumantológico.

Recordar el álbum de ‘Monstruos’ significa también recordar con cariño una época de nuestras vidas en las que nos divertíamos coleccionando cromos. Las técnicas de merchandising eran rudimentarias pero efectivas. Bastaba con apostar a una persona a la puerta de un colegio repartiendo álbumes y sobres para que los pequeños nos quedáramos enganchados, sin remisión, a la divertida tarea de completar el álbum de rigor. Tocaba comprar sobres a mansalva y ordenar cuidadosamente aquellos voluptuosos tacos de estampitas que, en ocasiones, sujetábamos con gomas. Terminar una colección conllevaba una laboriosa tarea de intercambio de cromos repetidos con los compañeros y amigos, bien en la calle o en el patio del colegio. O con cualquier chaval que pillaras en cualquier sitio con su taco de cromos, poniéndose en evidencia una peculiar labor de socialización.

Mucho han cambiado las cosas durante estos veinticinco años transcurridos. Sin embargo, somos muchos los que aún recordamos con cariño aquella colección. Tan grato recuerdo nos dejó que ‘Monstruos’ hasta tiene su propia página de Facebook. La gran cantidad de personas que recuerdan con cariño y nostalgia este álbum nos ofrece comentarios de todo tipo.

O los que ahora se tiran de los pelos por no haber conservado el álbum si quiera para venderlo a través de eBay, donde se pagan verdaderas fortunas por él.
O los que lo han descubierto por ahí tirado en la casa de la madre.

Es curiosa la gran cantidad de comentarios de personas que aseguran haber completado la colección, lo que da muestras de que no era extremadamente difícil acabarla. Sin embargo, y como es habitual, siempre había unos cromos más difíciles que otros. No hay unanimidad, eso sí. Unos hablan de unos y otros de otros. En mi caso, el más difícil era el cromo conocido como “la parte del cuchillo de Jack el Destripador”. Era cromo doble.

Ha habido muchas colecciones de cromos de monstruos. Algunas, como ‘Monstruos Diabólicos’, de 1988, son tan recordadas como la que hoy nos ocupa. Pero la de 1986 dejó una huella imborrable.

En 1991 se intentó repetir la fórmula con un álbum titulado 'Monstruos y Leyendas'. El formato del álbum y la distribución temática eran muy similares (casi un plagio) pero el éxito no fue el mismo. Eso sí, Monstruos y Leyendas se ha convertido, en cierto modo, en otra pieza cotizada por los coleccionistas que quieren hacerse con este álbum a través, qué remedio, de las páginas de Internet.

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